24/5/13

La madrugada del 24 en Toledo y la huelga de AutoLite


En la madrugada de un 24 de mayo como hoy, pero en 1934, muchos trabajadores y vecinos de la ciudad de Toledo (Ohio) seguían en los piquetes desde el día anterior. Diez mil personas se enfrentaron con la Guardia Nacional (la fuerza que se usa en EEUU para reprimir las huelgas).
El enfrentamiento se dio en el marco de la huelga contra la Toledo AutoLite, el principal empleador de la ciudad, cuando arreciaba la Gran Depresión en Estados Unidos.
La huelga contra AutoLite es un gran ejemplo de hegemonía obrera, de cuando la clase obrera actúa con su programa y sus métodos, nucleando la lucha de los sectores populares.
La ciudad de Toledo latía y respiraba al ritmo de la fábrica. Y cuando los trabajadores salieron a la huelga el 23 de febrero de 1934, toda la ciudad, empezando por los desocupados y los trabajadores de otras ramas, los acompañó y los apoyó. Si ganaban los trabajadores, ganaban todos.
Los obreros de AutoLite mantuvieron piquetes en la fábrica durante meses para impedir la entrada de carneros en la fábrica. Entre los trabajadores, tenía peso el American Workers Party (Partido de Trabajadores de EEUU), dirigido por Muste. Unos meses más tarde, en Minneapolis, Cannon y los hermanos Dunne de la por entonces Liga Comunista (más tarde el SWP), liderarían la histórica huelga de los teamster.
Ambas huelgas tenían un elemento en común: una fuerte política hacia la comunidad: los desocupados, las mujeres, la gente de la ciudad; la clase obrera disputaba así a la patronal la influencia sobre los sectores populares.
En Toledo, el 23/5 detuvieron a uno de los dirigentes de la huelga y otros activistas. Intentaron reprimir los piquetes que impedían la entrada de los carneros, y a la gente que acompañaba a los huelguistas. La policía quiso escoltar a los carneros para que entren en el cambio de turno, pero los piquetes lo impidieron, los enfrentamientos duraron hasta la noche. Policías y rompehuelgas se tuvieron que esconder hasta el día siguiente. El 24/5 a la tarde más de 6000 personas se acercaron a la fábrica, dispuestos a defender la huelga, el gobierno desplegó 900 efectivos de la Guardia Nacional, que disparaba a la multitud gases vomitivos, gas pimienta y balas de goma. Los obreros y sus aliados respondían con piedras, palos y ladrillos. La Guardia Nacional atacó a la multitud con bayonetas y trató de dispersarla. No lo lograron y comenzaron los disparos; asesinaron a 2 manifestantes, otros 15 resultaron heridos. Pero la multitud no retrocedió y siguió la batalla hasta obligar a la Guardia Nacional a replegarse en la fábrica. El 25/5 la patronal cerró la planta preventivamente, temiendo la toma de las instalaciones.
Se empezó a correr el rumor de huelga general en la ciudad. Los trabajadores de otras fábricas estaban dispuestos a sumarse a la lucha efectivamente parando sus fábricas y talleres. Todos exigían mejores salarios y condiciones laborales, en un escenario donde el desempleo supera el 50% en muchas ciudades.
Ante el fantasma de la huelga general, la patronal de varias ramas accedió a los pedidos de aumentos de salarios y mejores condiciones. Los trabajadores de AutoLite ganaron un aumento de 5% y un salario mínimo garantizado.
Por primera vez, se levantaron los piquetes instalados el 23 de febrero de 1934. El 9 de junio hubo una marcha de la victoria, donde se manifestaron 20.000 trabajadores de AutoLite, desocupados, mujeres y trabajadores/as de toda la ciudad.

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