9/7/12

Yo estoy en el partido de ella

Lorena Gentile, militante del PTS, delegada de Kraft


El 8 de julio fue la Conferencia Nacional de Trabajadores convocada por el PTS. Acá pueden leer un breve resumen de los principales oradores y oradoras.
Me detengo en el discurso de Lorena Gentile. Explico por qué. Las marxistas estamos muy acostumbradas a escuchar críticas de muchas feministas por nuestra adhesión a un partido obrero, a una estrategia revolucionaria. Esto sucede muy a menudo aunque explicamos hasta el cansancio que así como no hay UN solo feminismo, tampoco existe UN solo marxismo, mucho menos si se elige como representación del marxismo el estalinismo (a quienes les interese pueden leer acá sobre esta y otras controversias que han cruzadoel diálogo feminismo-marxismo).
A lo nuestro: se dice mucho que una imagen vale más que mil palabras.... Bueno, mientras escuchaba a Lorena el domingo pensaba qué bueno sería que todas las feministas que conozco que alguna vez me dijeron que era contradictorio ser militante de izquierda y luchar por los derechos de las mujeres estuvieran ahí en Ferro.
Al margen de que suelen atribuirnos posiciones que no son nuestras, como eso de “primero la revolución y después los derechos de las mujeres” o que respetamos un statu quo en el activismo sindical porque somos “obreristas” o “priorizamos” la opresión de clase ante la opresión de las mujeres, me hubiera gustado estar con muchas compañeras feministas con quienes compartimos tantas jornadas, tantas marchas y debates, me hubiera gustado estar con ellas ahí en Ferro.
Me hubiera gustado que escuchen de boca de Lorena que las mujeres trabajadoras que se deciden a luchar, a militar, no van atrás de nadie, que no solo pelean por sus derechos sino que discuten con sus compañeros varones e impulsan luchas en defensa de los derechos de las mujeres. Que pelean codo a codo por mejores salarios, por defender a contratadas y contratados, y también por guarderías, por días de enfermedad para todas las trabajadoras que tienen hijos/as. Pero también que hacen paros, varones y mujeres, porque a las obreras las acosan los supervisores. A las obreras las acosan los supervisores y los obreros varones junto a sus compañeras mujeres paran su turno.
Pero todavía más me hubiera gustado que vieran que Lorena es militante de izquierda, delegada sindical clasista y no habla solamente de “temas sindicales” ni posterga discusiones que no siempre son fáciles (esos que muchas feministas dicen que evitamos). Habla de algo que discute con sus compañeros varones y sus compañeras de laburo: que apoyamos la conquista de derechos democráticos como fueron el matrimonio entre personas del mismo sexo y la ley de identidad de género pero que sabemos que esa ley no cambia la vida de las travestis que son empujadas a la prostitución como la única forma de ganarse la vida en este sistema miserable. Por eso luchamos por terminar con este sistema.
Es la diferencia entre la imagen que una gran parte del feminismo y el movimiento de mujeres fabricaron del marxismo (muchas veces con penosa colaboración de algunas organizaciones políticas) y nuestra pelea por acabar con la explotación y la opresión. Para las marxistas revolucionarias no existe división, postergación ni subestimación de la pelea por los derechos de las mujeres.
Es difícil explicar que la clase obrera es el mejor aliado que tenemos las mujeres en nuestra lucha por la liberación; y es igual de difícil explicar que la liberación de las mujeres es vital para fortalecer la lucha de la clase obrera. Nuestro programa y nuestra lucha es por todo, por terminar con todo tipo de opresión, empezando por la base de todas las desigualdades, la explotación capitalista.
Es inevitable no pensar en que “quien es socialista y no es feminista, carece de amplitud, pero quien es feminista y no es socialista, carece de estrategia”. Por eso construimos un partido de trabajadoras y trabajadores. En palabras de Lorena: “es tarea de la izquierda clasista organizar, para que seamos una fuerza arrolladora contra la burocracia sindical y los que nos oprimen. Porque algunos dicen ‘detrás de un gran hombre hay una gran mujer’. Pero las mujeres que estamos acá no vamos atrás de nadie: estamos en primera fila”.
Creo que si estuviera viendo el discurso con esas compañeras feministas, para explicarles por qué no existe contradicción entre ser militante de izquierda y defender los derechos de las mujeres les diría: “Yo estoy en el partido de ella”.

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